En las Rías Gallegas encontramos numerosos mariscos que, por un entorno único, se crían en sus aguas. Hoy vamos a hablar de dos de ellos en concreto: la navaja y el longueirón. Muy confundidos entre sí, difícilmente reconocibles para un ojo que no es experto.

Hoy vamos a hablar de cada una de estas especies que habitan en nuestras Rías y te daremos las claves para distinguirlos.

FACTORES DIFERENCIADORES DE LA NAVAJA Y EL LONGUEIRON

  1. La concha. Quizás el elemento más evidente a simple vista y el cual muestra la diferencia más identificable en crudo. La concha de la navaja se caracteriza por ser rectangular, muy fina (fácilmente quebrable) y ligeramente curvada y achatada.. Por el contrario, la concha del longueirón, a pesar de mostrar una forma también rectangular, es más robusta, completamente recta y cilíndrica.
  2. Una vez abierto y retirada la concha, perdemos de referencia el factor anterior. Aquí es donde entra en juego el siguiente elemento diferenciador: el color. Mientras el longueirón presenta un color claro y uniforme (tanto por fuera como por dentro), la navaja tiende a adquirir un color amarillento en sus extremos.
  3. El sabor puede ser el factor determinante para algunos, así como imperceptible para otros.

 

En realidad, el hecho de que ambas especies sean tan similares, da lugar a que se mezclen y se presenten juntas, indistintamente. Los autóctonos de las Rías Gallegas son capaces de distinguirlas, determinando que los mejores ejemplares de navaja son los obtenidos de la Ría de Muros e Noia, así como que Fisterra es la mejor localidad para obtener longueirón.

En SOTAVENTO, por nuestra situación geográfica, somos amantes de la navaja, sobretodo de la obtenida de nuestra ría, la de Muros e Noia. Por eso, elegimos la navaja para incluirla entre nuestros productos y le damos preferencia a la capturada en esta ría.

Y tu, ¿eres más de navaja o de longueirón? ¿Cómo distingues las navajas de los longueirones? ¡Cuéntanoslo en Facebook!